He aquí otro ejemplo:
El aniquilador de la estirpe de los gigantes
quebró al fuerte bisonte de la pradera de la gaviota,
así los dioses, mientras el guardián de la campana se lamentaba,
destrozaron el halcón de la ribera.
De poco le valió al rey de los griegos
al caballo que corre por arrecifes.
El aniquilador de la estirpe de los gigantes es el dios Thor. El guardián de la campana es un ministro de la fe de Jesús. El rey de los griegos es Jesús, por la defectuosa razón de que ése es uno de los títulos del emperador de Constantinopla. El bisonte del prado de la gaviota, el halcón de la ribera y el caballo que corre por arrecifes no son tres animales anómalos, sino una sola nave maltrecha. De esas penosas ecuaciones sintácticas la primera es de segundo grado, puesto que la pradera de la gaviota ya es un nombre del mar. En la Edda Prosaica, Snorri Sturluson observó: "Metáfora llana es cuando por batalla se dice tempestad de flechas. Metáfora doble es cuando por espada se dice tizón de la tempestad de flechas." Cabría decir que en el pasaje de "tempestad de flechas" a "tizón de la tempestad de flechas" está comprendida la historia de la degeneración de la poesía de Islandia.

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