domingo, abril 06, 2008


Su trabajo más famoso, el Landnamabók o Libro del Establecimiento, consta de cinco partes. La primera narra el descubrimiento de Islandia; las otras cuatro, en orden geográfico, los nombres, los linajes y la historia de los pobladores. En sus páginas se mencionan a cuatro mil personas (entre ellas a unas mil trescientas mujeres) y a dos mil lugares. Una tercera obra, el Islendigabók o Libro de los Islandeses, compuesto hacia 1127, se ha perdido; queda un resumen en latín titulado Libellus Islandorum.

Es difícil exagerar la importancia de Ari. Ari es el padre de la historia islandesa, el primer escritor en prosa vernácula, el hombre que descubre el estilo en que se escribirán las grandes sagas y la insigne Heimskringla, el hombre que prepara el advenimiento de Snorri Sturluson.

El historiador Gerardo de Gales, que murió a principios del siglo XIII, pondera los méritos de Ari y declara que Islandia "está habitada por una raza que se distingue por sus pocas palabras y por su veracidad. Nada desprecian tanto como el engaño y no saben mentir". (Nadie podrá negar esa capacidad a Gerardo, que habla en su Itinerarium de dos lagos "dignos de admiración"; en uno hay una isla flotante que viaja al azar de los vientos; en otro, peces con un solo ojo, "porque el ojo izquierdo les falta, pero si el lector me pide la explicación de circunstancia tan maravillosa, no seré yo quien lo satisfaga".)