La Edda Menor

En Islandia, la nueva fe de Jesús no fué hostil a la antigua. A diferencia de lo que se produjo en Noruega, en Suecia, en Alemania, en Inglaterra y en Dinamarca, las conversiones fueron incruentas. Los noruegos que se habían fijado en Islandia tenían la indiferencia religiosa de los aristócratas; sus descendientes miraban con nostalgia la fe pagana, como las otras viejas cosas perdidas. Con la mitología germánica pasó lo que pasaría después con la mitología griega; nadie creía en ella, pero su conocimiento era indispensable a las personas cultas. La Edda Mayor era la base de la poesía nórdica; sin la mitología era imposible comprender ese libro. Shakespeare y Góngora requieren, para ser apreciados, las Metamorfosis de Ovidio; Egil Skalagrímsson presupone los cantares de la Edda.
Snorri Sturluson escribió su manual, la Edda Prosaica, para los poetas y para los lectores de versos. En el prólogo leemos: "Esta clave se dirige a los principiantes que quieren adquirir destreza poética y mejorar su provisión de figuras con metáforas tradicionales, o a quienes buscan la virtud de entender lo que se escribió con misterio. Conviene respetar esas historias que bastaron a los mayores, pero conviene que los hombres cristianos les retiren su fe."

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