lunes, agosto 30, 2010


Una ramita de muérdago ha matado a Balder; el texto dice: "Cuando Balder cayó, los dioses se quedaron sin palabras, y no había en ellos fuerza para levantarlo, y se miraban unos a otros y todos pensaban lo mismo del culpable del hecho, pero nadie podía tomar venganza, porque el lugar era sagrado. Odín sufría más que los otros, pues entendía más la calamidad de la muerte de Balder." También es memorable lo que sigue: los dioses toman el cadáver y lo llevan al mar. En la nave de Balder hacen la pira funeraria; la nave no se mueve hasta que la empuja una mujer titánica, que llega cabalgando en un lobo y con una víbora como una brida. Odin deposita en la pira un anilo mágico; cada novena noche caen de ese anillo ocho anillos iguales. Zarpa la nave; nueve noches después un hermano de Balder llega al infierno; una diosa le dice que si todas las cosas del mundo lloran por Balder, éste podrá volver. Los hombres, los animales, la tierra, las piedras, los árboles y los metales lloran por Balder, pero en una caverna hay una mujer que dice que no llorará. Esa mujer es Loki, que hizo que el muérdago matara al hijo de Odín. La historia concluye así, de un modo simétrico. Todas las cosas menos una juraron no herir a Balder, todas las cosas menos una lloran su muerte.

Terminada la lección de mitología, los dioses y el castillo se desvanecen y Gylfi se halla solo, en medio del campo. Este brusco fin cierra la historia de manera dramática y justifica el título del tratado. Puede servir también para sugerir que su contenido es ilusorio; los dioses han engañado al rey, pero ellos, asimismo, son un engaño.