
La segunda parte de la Edda es la Skáldskaparmál, Diálogo del Lenguaje de los Escaldos, o Dicción Poética. El artificio narrativo es el mismo de la primera parte. Un hombre versado en las artes mágicas, Aegir o Hler, llega a la fortaleza de los dioses. Anochece y Odin hace traer unas espadas tan relucientes que no se requiere otra luz. Uno de los dioses y el hombre conversan de poesía. El dios enumera las locuciones que deben usar los poetas. Gradualmente, la ficción de un diálogo se olvida y la Skáldskaparmál se convierte en un diccionario de metáforas. Leemos, por ejemplo: "¿Cómo llamar al fuego? Lo llamarás Hermano del Viento y del Mar, Ruina y Destrucción de la Madera y de las Casas, Sol de las Casas". Otros artículos abundan en referencias mitológicas; v. gr., éste: "¿Cómo llamar al oro? Lo llamarás Fuego de Aegir, y Agujas de Glasir, Pelo de Sif, Lágrimas de Freyja, Habla y Voz y Palabra de Gigantes, Gota de Draupnir y Lluvia o Aguacero de Draupnir, Rescate de la Nutria, Simiente de Fyris, Fuego de todas las Aguas y de la Mano, Piedra y Arrecife o Resplandor de la Mano." Otros artículos explican cada una de las kenningar: el oro se llama fuego de Aegir, porque Aegir alumbraba su casa con barras de oro, como Odin con espadas, y gota o lluvia o aguacero de Draupnir, porque Draupnir es el anillo mágico, multiplicable en otros anillos, que Odin dejó en la pira de Balder, y fuego de las aguas, porque Aegir tiene su morada en el mar, y fuego de la mano, porque es de color rojo y la adorna. Escribe Snorri: "Decimos bien que el oro es fuego de los brazos o de las piernas, porque su color es el rojo, pero los nombres de la plata son hielo o nieve o piedra de granizo o escarcha, porque su color es el blanco." Luego se citan unos versos de Eyvind Skaldaspillir:
Quiero construir una alabanza
Estable y firme como un puente de piedra.
Pienso que nuestro rey no es avaro
De los carbones encendidos del codo.

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